UNHA MAÑAN DE SOL, A HORA QUE O GALO CANTOU E OUTRO GALO CANTOU E OUTRO E OUTRO…(Federico Garcia Lorca)

viernes, 1 de junio de 2012

A actualidade de fai 80 anos

 
Nun momento no que os medios, en ambos sensos da palabra, axfisiannos,  as primas de risco, os rescates millonarios, os cinturóns apretados de quen nunca os levara froxos, os cartos que non se destrúen pero concéntranse en poucas mans, os que se fan o avión como se non fora con eles, os que imbuidos do poder político nos piden contas do que outros despilfarraron.....benvida sexa a palabra que nos recorda que por enriba da economía hai vida, hai persoas que se respectan e se axudan, hai libros que ilusionan e nos fan mellores, hai poetas e artistas hai beleza e amor.

 
Alocución de Federico García Lorca al pueblo de Fuente Vaqueros (Granada) en septiembre de 1931
"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.
"Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.
"No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
"Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?
"¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
"Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz".

(A PUNTO DE CUMPLIRSE 80 AÑOS DE AQUEL DISCURSO, CUALQUIER SEMEJANZA CON LA ACTUALIDAD, NO ES PURA COINCIDENCIA)

jueves, 22 de marzo de 2012

hay alternativas

Hace un par de meses, la Editorial Aguilar, mostró su interés por publicar
nuestro libro HAY ALTERNATIVAS. Propuestas para crear empleo y bienestar en
España, que nos prologó Noam Chomsky. Cuando ya se había concretado como
fecha de publicación el libro el 19 de octubre y se había comenzado su
promoción en la web de Aguilar y en librerías, los editores nos comunicaron
que la empresa deseaba retrasarla sin otra explicación de por medio, lo que
nos obligó lamentablemente a desestimar su publicación en esa editorial. Se
confirmaba así lo difícil que resulta difundir en España, en los momentos en
que son más necesarias que nunca -como ahora en periodo pre-electoral-,
ideas alternativas al pensamiento único que predomina en el debate político
y social.
Para solventar esta situación hemos optado por ofrecer nuestra obra
gratuitamente en formato pdf a través de la red y en una nueva edición
impresa en Ediciones Sequitur que, con la colaboración de ATTAC España, se
ha arriesgado a publicar rápidamente este libro que estará en librerías al
precio de 10 euros a partir del 31 de octubre. Tenemos la firme convicción
de que solo haciendo que la ciudadanía sepa lo que de verdad está sucediendo
en nuestra economía y divulgando las alternativas que existen a esta aguda
crisis del capitalismo podremos salir de ella con más empleo y bienestar
social, como demostramos en este libro. Por eso llamamos a divulgar esta
versión en pdf, a estudiarla y difundir sus propuestas y pedimos a todos los
lectores que se conviertan ellos y ellas mismas en distribuidores del libro
una vez que se encuentre impreso. Contra la censura de los grandes
oligopolios y el pensamiento único que imponen los poderes económicos,
financieros y mediáticos defendamos la pluralidad y la libertad de
pensamiento conociendo y difundiendo el pensamiento crítico.
Nota de IDP: La editorial Aguilar forma parte, junto con Alfaguara, Altea,
El País-Aguilar, Santillana y Taurus, entre otras, del Grupo Santillana,
perteneciente, a su vez, al holding PRISA. Los accionistas mayoritarios de
PRISA son la familia Polanco (35,016% de las acciones) y, desde mediados del
año pasado, un fondo de inversión norteamericano, la Liberty Acquisition
Holdings Corp. (57,7% de las acciones). Este hedge fund agrupa a más de 70
grandes inversores, entre los que figuran GLG, Taurus, Glenhill, Millenium,
T Rowe Price, First Eagle, Soros Fund, Fortress, Teachers Advisors, Canada
Pension Plan y los bancos Citigroup, Credit Suisse, Deutsche Bank y Morgan
Stanley. Os pedimos a https://correoweb.usc.es/horde3/imp/message.php?index=15475# vuestra colaboración para demostrar a quienes
han intentado silenciar este texto que su tiempo se está terminando:
difundid todo lo posible el pdf.
La ocultación de alternativas en los falsimedia convencionales es ya más que
indignante. La ciudadanía toda tiene que luchar para que algún día se les
puedan exigir responsabilidades. El silencio o la manipulación están
tratando de tapar estafas, saqueos, asesinatos. Cuando lo que se ocultan son
crímenes, el silencio también es criminal. Los medios de desinformación se
han convertido hace ya tiempo en cómplices de la barbarie.

Hay alternativas

martes, 13 de marzo de 2012

OPORTUNIDADES

OPORTUNIDADES

Todos sabemos que non hai un único xeito de ver a realidade, e tamén o difícil que é cambiar a ollada cando estamos presos do prexuízo e a razón.
Tamén sabemos que a ciencia e a economía colócannos a algúns en cómodos lugares dende os que non é sinxelo atisvar outras posibilidades máis aló do noso discurso.
Que está comodidade física e ideolóxica en gran medida enche o noso tempo e valeira as nosas inquietudes.
Preguntámonos porque temos que ser máis xenerosos,solidarios e comprometidos? Por qué non é mellor que como no mercado non regulado cada un busque o seu beneficio? Por qué pensar nesas outras persoas, se xa depositamos na autoridade elixida a responsabilidade de que o fixera por nos?
Sobrevive entre tanta razón, a inquietude que non tendo todas as respostas non atopa acougo: Inquietude por a inxustiza descarnada, por a desigualdade impúdica, por a miseria paralizante.
Dependerá de nos, que en tempo de crise e cambio, aproveitemos a oportunidade de ser máis humanos ou que floxeen de novo as forzas anestesiadas por o poder e a comodidade.
Non creemos nos que se consideran mellores que outros, creemos nos que sendo máis necesarios enchen a súa vida sen baleirar a de ninguén.
Teremos que defender os dereitos conquistados para todos, o prezo xa está pagado, das mans que os queren recortar conservando os seus. E teremos tamén que facernos cabida, para non establecer unha selección que nos deixe nun novo estanque pero de novo estancados.
Isabel Méndez

lunes, 12 de marzo de 2012

Acabar con la desesperación

ARTÍCULO DEL PRESIDENTE Y EDITOR DE LA VOZ DE GALICIA
Acabar con la desesperación
Escrito por: Santiago Rey Fernández-Latorre
Espere, por favor. Asco. Esa es la palabra que más se repite estos días para definir lo que está pasando en un país abandonado al despropósito. En la peor situación que se haya vivido nunca en Galicia y en España, la valentía y el coraje han desaparecido por la puerta de atrás, mientras cobra presencia omnímoda un doble juego inadmisible, que se ensaña con la clase media, pero mantiene y acrecienta inservibles estructuras de la Administración y opulentos privilegios de los que deberían ser servidores públicos.

La ineficiencia y la irresponsabilidad han sido los denominadores comunes desde que empezó la crisis, y sus consecuencias están bien a la vista: las empresas en la asfixia, el desempleo en tasas inasumibles, las expectativas de los jóvenes totalmente desbaratadas y gran parte de las familias con notorias dificultades de supervivencia.

¿Y se ha hecho algo para aliviar el sufrimiento de la gente? Nada. Las respuestas del aberrante Gobierno anterior y de los que hoy asumen responsabilidades en España y Galicia han sido siempre las mismas: recetar más recortes y más renuncias a la sociedad, hasta hacerla bajar a la fuerza varios escalones camino del empobrecimiento.

Ni han apoyado como deberían a las empresas, ni han garantizado prestaciones y servicios, ni han estimulado el consumo y el movimiento económico. Sí han subido los impuestos y el precio de los servicios básicos; sí han desangrado la economía satisfaciendo la voracidad de los especuladores internacionales. En definitiva, sí han pasado a la clase media, hasta arruinarla, una portentosa factura que en absoluto le corresponde.

Ahora -no hay más que verlo en Galicia- vuelven a la carga los políticos con más atentados contra el bolsillo de una gran parte de la sociedad. Los empleados de la sanidad y la educación y el resto de los funcionarios, ya machacados, se enfrentan a nuevos ajustes, mientras en las alturas continúa el desfile de fastos, oropeles y despilfarros pagados con dinero público.

Ese es el doble juego insostenible. Galicia derrocha presupuesto en innumerables alquileres de oficinas públicas y edificios innecesarios, repartidos por Santiago, por todas las demás ciudades y comarcas del país e incluso por el exterior, como se acaba de ver con las seudoembajadas prácticamente inactivas de Miami, Bruselas o el palacete de la Casa de Galicia en Madrid. Una Administración responsable y preocupada por el gasto no permitiría de ningún modo ese caro minifundismo administrativo, como tampoco se empecinaría en continuar adelante con el millonario dispendio del Gaiás, repleto de gastos de obra y mantenimiento pero vacío de contenido y de gente. Bien podrían ir para allí todas las oficinas ahora desperdigadas, para darle alguna utilidad a nuestra más flamante y majestuosa ruina.

Pero, con ser grande, no es esa la única equivocación de este y los anteriores Gobiernos de Galicia de cualquier color. Tras dejar que se hundiesen sectores claves como el pesquero, el agrario, el lácteo o el naval, se ha instaurado una política de remiendos tan desnortada que la sociedad no puede más que quedarse atónita cuando conoce que se destina dinero público a proyectos irreales y fallidos como el de Manzaneda. O cuando se apoya sin ningún tipo de explicación a empresas inviables e insolventes, dando oxígeno a experimentos quebrados, como sucede en la industria y en algunos medios de comunicación.

Ni explicación ni estrategia ni propósito de enmienda. El Gobierno gallego sigue empecinado en recortes a la clase media, en dejar famélicas a las universidades y en estrechar servicios esenciales como la sanidad y la educación.

No ha aprendido siquiera del mejor ejemplo que están dando los empresarios cuando, en las peores circunstancias, se fajan para superar la crisis sin beneficios ni créditos, ni más armas que su determinación y tenacidad en la lucha contra las adversidades.

Quienes pagan la factura de la crisis no pueden entender esa actitud. Ni cómo se ahonda en la contraria, con más gastos superfluos generados por la hipertrofia de todas las Administraciones. En los tiempos de la era digital, crecen como hongos las delegaciones de organismos y sus ventanillas sin ninguna lógica ni coordinación o sinergia entre ellas. Oficinas de la Xunta, del Ayuntamiento, de la Diputación, de los ministerios, consellos de contas y consultivos, valedores... Todos enmarañan la burocracia hasta hacerla insoportable, además de inasumible económicamente para el erario y para el contribuyente.

Si están buscando realmente dónde ahorrar los 40.000 millones que hacen falta para arreglar las cuentas públicas -es decir: rebajar el déficit y pagar los altos intereses que fijan los gigantes de la especulación financiera internacional- es en esa partida de gastos superfluos donde hay que entrar a saco, y no en el bolsillo de los consumidores.

Al Estado todavía le quedan muchos lugares donde tocar para hacerse eficiente. Porque nada ha hecho, de momento, para acabar con instituciones superfluas, como las diputaciones provinciales; redundantes, como el Senado, o propagandísticas, como las televisiones públicas. Tampoco ha acometido siquiera el paso de fusionar municipios incapaces de sostenerse. Y no lo ha hecho por razones electoralistas y localistas, pero también porque la desaparición de corporaciones locales significa la pérdida de numerosos puestos de concejal.

Por eso resulta intolerable el doble rasero que aplican los políticos y los que revuelan a su alrededor. Y bochornosa su forma de repartirse las prebendas. Se acaba de ver, sin ir más lejos, en el traspaso de poder de padre a hijo en Ourense. Ante el silencio o incluso el aplauso de muchos, se ha disfrazado de simple apariencia de democracia la consumación de una herencia de naturaleza puramente caciquil.

Ese desprecio por la democracia se observa incluso en el funcionamiento de la Unión Europea, con un Parlamento decorativo, una estructura inoperante, un coste verdaderamente obsceno y un poder cuasi dictatorial que se han arrogado porque sí Alemania y Francia.

Mucho deberán hacer quienes allá y aquí practican estas nefastas artes para recuperar, siquiera someramente, la confianza de una sociedad cada vez más decepcionada y molesta con su clase política.

La perdieron, desde luego, los anteriores gobernantes que fueron de aberración en aberración hasta dejar el país postrado y empobrecido, al borde de la intervención y a merced de los depredadores financieros. La perdieron también quienes exacerbaron sus ansias nacionalistas y separatistas hasta llegar a la desfachatez de permitirse señalar supuestas líneas rojas al Estado. Y poco hacen por conservarla quienes, después de clamar en la oposición, ahora en el Gobierno no son capaces siquiera de ponerse de acuerdo entre ellos en las cuestiones más elementales para iniciar la revitalización del país.

Con la oposición ausente y ocupada en sus esperpénticas guerras intestinas, España se hunde en el desastre y la decadencia, al borde del estallido social, mientras mangonean a sus anchas los halcones de la banca. Algunos, que solo ven la crisis que padecemos como un festín para sus garras, se han aprovechado bien de la situación y de la ineptitud del gobernador del Banco de España, y pretenden adueñarse a precio de ganga de mercados que les rehuían. Otros, con salarios más altos que el valor de sus entidades, se van para casa ahora con las bolsas repletas, a la espera, curiosamente, de más privilegios y homenajes.

Ni siquiera en eso se ha conseguido ofrecer a los ciudadanos algún ejemplo de dignidad. Mientras en el Reino Unido se retiran distinciones a quien pierde la reputación por su conducta, aquí se premia con las más altas a quienes no solo no las merecen, sino que deberían pagar, como en Islandia, por sus responsabilidades.

Pero el tiempo se ha acabado. Es hora de que los responsables de la gestión pública pongan fin a sus aberraciones, asuman su liderazgo y busquen soluciones en lugar de parches. Ni Galicia ni España ni Europa pueden esperar más. Hay que acabar con la desesperación y el asco.

martes, 7 de febrero de 2012

UN CIERTO SILENCIO. LO QUE QUIERO AHORA

Magazine | 19/01/2012  Por Ángeles Caso Ángeles Caso

Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente
estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi
compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la
cabeza más sana que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez
porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas
y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá,
porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado
llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al
menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado
vida.
Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder,
ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas
de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la
maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los
egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y
cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa
una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian
el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas
fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de
esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se
desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los
malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas
que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa
con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te
salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de
sentir, pensar y ser.
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la
ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y
unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos.
Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen
la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo
demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté
tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con
gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el
dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar
desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de
haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez
que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca,
nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque
esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un
rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.